Las mujeres gato de La Luna (1953)

Las mujeres gato de La Luna (Cat-women of the Moon)

Año:1953
Duración: 64 min.
Género: Ciencia Ficción y Aventuras
Director: Arthur Hilton
Actores: Sonny Tufts, Victor Jory, Marie Windsor, William Phipps, etc.
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Minisinopsis: El primer cohete tripulado llega a la luna y aterriza en la cara oculta. Su tripulación descubrirá que hay vida y está habitada por una antigua civilización de varios miles de años.

Si ya has visto la película, puedes seguir leyendo.

Aunque a alguien pueda parecerle mentira, yo no tengo que pedir permiso para salir de casa. No ocurría lo mismo con Arthur Hilton quien, tras hacer este film, cada vez que quería ir a comprar el pan tenía que tener un permiso expedido por la mismísima Reina de Inglaterra y por el Presidente de los EEUU por aquello de que era británico y residía en Los Ángeles; le acompañaban dos polis, compraba el pan y volvía a casa. Creo que lo mismo pasó con el actor Victor Jory (Kip), pero a éste lo intentaron linchar y luego lo dejaron porque comprendieron que fue un desliz en su carrera, pero vaya desliz.
Con ésto creo que soy bastante explícito en lo referente al tipo de producto con el que nos encontramos… Mala dirección, mal guión, malos actores… y una peli divertida de mala que es y, por tanto, un clásico de la cutrez absoluta.

Voy a ir paso a paso, porque el guión y lo que le acompaña no tienen desperdicio.
Para empezar nos encontramos con la imagen del interior de un cohete espacial atómico con, como no puede ser de otra forma, tecnología de los 50. Pero no os vayáis a pensar que los aparatos electrónicos e instrumentales están sujetos a las paredes o algo así, no: los instrumentos reposan sobre mesas de escritorio con sus cajones y sus sillas de oficina con ruedas. Como el cohete está despegando, los «astronautas» están atados con cinturones de seguridad a unas camas en las que duermen. Los tipos no hacen más que poner caras como si fuesen a una leche increíble, pero si a ellos les afectase la velocidad, los escritorios, camas, sillas, etc. estarían volando por el interior del cohete. Cuando despiertan, lo primero que hace Helen (Marie Windsor) es sacar un espejo y un peine de uno de los cajones y peinarse… antes muerta que sencilla. Y no hemos hecho más que empezar.

Cuando les quedan 10 horas para acercarse a La Luna, un meteorito impacta contra la cámara atómica de la nave y a Kip (Sonny Tufts), el copiloto, no se le ocurre otra cosa que decir «¡Abróchense los cinturones, vamos a virar!«… bueno, a ver, estáis sentados en unas sillas que tienen ruedas, si queréis hacer carreras me parece bien, pero lo de atarse los cinturones a unas sillas de oficina con ruedas para estar más seguros… Y encima ponen todos caras de serios y la maqueta de la nave comienza a rotar hasta que Walt se da cuenta de que algo falla y dice «¡Comandante, la sala de átomos! ¡el ácido nítrico!, uno de los contenedores ha debido de romperse«. Entonces Kip coge un traje que está entre lo que lleva un apicultor y lo que llevan los equipos cuando hay riesgo biológico, baja a la sala de átomos y lo soluciona todo con un extintor. ¿Con un extintor se puede arreglar una fuga de ácido nítrico? Que algún químico me lo aclare y que también me aclare qué aplicación puede tener en el sistema de propulsión de una nave espacial. ¿Y la radiación que comentan que estaba subiendo como si fuese algo peligroso? ¿Peligro? ¿Quién dijo peligro? Donde haya un traje de apicultor y un extintor, que se quite el peligro… ahora me explico que estén desapareciendo las abejas: los apicultores habrán visto la peli, se habrán emocionado y en vez de echarles humo para calmarlas les dan con el extintor y las congelan.

Arreglado el incidente indecente, aterrizan en la luna con el ruido del cohete de fondo. Cohete que debe de tener alas y dos motores porque al aterrizar hace el mismo ruido que un avión Fokker de la 2ª Guerra Mundial. Total, que cuando aterrizan tienen una conversación estúpida para decidir si se van a quedar a dormir en la nave y así salir de picnic bien descansados al día siguiente o si son serios y salen inmediatamente. Afortunadamente, deciden que van a salir. Se ponen sus trajes espaciales SIN tanques de oxígeno (¿Para qué? Viendo la tecnología avanzadísima que hay en la nave es lógico pensar que los trajes tienen algún elemento que transforma cualquier tipo de atmósfera en respirable) y descienden de la nave por un elevador automático, que los ves bajar y parece que vienen de la planta de oportunidades de El Corte Inglés. Pero lo guapo es cómo afecta la gravedad al grupo: de lo único que se quejan es de que les pesan mucho las botas porque calcularon mal el peso, con un par de coj…

Después de estas grandes chorradas pre-intergalácticas, vienen las grandes chorradas intergalácticas. Como a Helen se supone que la guían las mujeres gato, van de camino hacia una cueva y a mitad se tiran todos al suelo porque un meteorito les pasa haciéndoles la raya en el pelo. Es de un cutre insuperable. Luego Laird (Sonny Tufts), el piloto, deja un cigarrillo en el suelo y éste se quema… ehm… ¿no tiene que haber oxígeno para que algo arda? Pero lo bueno es cuando entran en la cueva y ven humedad, así que se les ocurre encender una cerilla y comprobar que dentro de la cueva hay atmósfera, gravedad terrestre y oxígeno. He dicho en la cueva. Para quien no sepa lo que es una cueva -de todo hay-, es una cavidad subterránea excavada de forma natural o artifical. Cavidad, con al menos un principio, un agujero, algo por lo que puede entrar y salir algo, con lo que es materialmente imposible lo que se pretende. La explicación, en boca de Laird es la siguiente: «El campo magnético del lado oscuro podría ser gravitacional, el polo… algo especial… claro, que ésto habría que comprobarlo«; a lo que Walt responde: «Y ésto es una cámara de descompresión natural, ¿no?«. ¡Venga, que sí, que lo que tú quieras, que se ha formado una burbuja natural y los cerdos vuelan y conquistan galaxias con sus rabos en espiral lanzando temibles oinks!
Pero toda esta chorrada pulp se puede perdonar sólo por lo que viene a continuación: ¡El ataque de las arañas gigantes inanimadas y sostenidas por cuerdas! ¡Oh, qué buen rato pasemos y cómo la gocemos! ¡Oh, qué grande! ¡Oh, qué espeluznante ver a las superarañas intentando capturar a Helen con esas estalactitas y estalagmitas de cartón piedra de fondo! ¡Qué dramatismo! ¡Qué intensidad de escena con ésos grititos de mecedora vieja y chirriante que dan los arácnidos!

Tras acabar con las arañas a disparos -siempre viene bien un revólver en el espacio- y tener el primer contacto con las mujeres gato sin verlas siquiera, el grupo sigue avanzando porque les han robado los trajes espaciales y es entonces cuando, al salir por el otro lado de la cueva -donde sigue habiendo oxígeno-, dan con el dibuj… con la imagen lejana de la ciudad de las mujeres gato. «Ahí está«, dice Helen señalando al dibuj… a la ciudad; «No puede ser, no puede haber otro mundo en La Luna«, responde Walt; «Es exáctamente lo que es«, sentencia Helen.
Cuando llegan al salón principal de la ciudad -con el suelo de porcelanosa, columnas cutregriegas y estatuas cutrebudistas del Sur de Asia; todo de cartón-piedra y todo recreado en un estudio-, Walt comenta: «tiene que ser vida inteligente para poder robarnos nuestros trajes«, a lo que Helen le responde: «Claro, sólo una inteligencia superior construiría algo así«. ¿Algo cómo? ¿Pero crees que me voy a dejar tomar el pelo tan fácilmente? Hasta la escena en la que se dice algo parecido cuando se ven transistores en la nave alienígena de Plan 9 from outher space es más creíble que el hecho de que tú me digas que son más avanzados que nosotros porque siguen construyendo algo que en La Tierra se construía hace más de 2000 años… vamos, «el acabose».

Y aquí ya entran en juego las mujeres gato de la luna, que no son otra cosa que mujeres con el pelo recogido, unas cejas pintadas de forma muy exagerada y mallas y zapatillas de ballet negras. A mi me parecen más unas lagartas.
Después del primer incidente, en el que intentan robarle el revólver a Walt -no sé por qué, porque viendo la tecnología que usan, es imposible que sepan qué es un revólver-, cogen a Helen, a la que habían estado enviando mensajes telepáticos para guiarla hasta allí y hacen las presentaciones en otro diálogo absurdo:

– Helen: «Estoy aquí, Alpha»
– Alpha: «Ha sido un largo viaje, Helen. Bienvenida a La Luna. Esta es mi número dos, Beta… Y esta es Lambda. A las demás las irás conociendo.»
– Helen: «Hay tanto que no entiendo» (Pues es sencillo, que las demás se llaman Gamma, Delta, Épsilon, etc.)
– Alpha: «Ahora eres una de nosotras, pregúntame lo que quieras.»
– Helen: «Pues no sé si vosotras habláis mi idioma o yo el vuestro.»
– Alpha: «No necesitamos idioma. Podemos proyectar nuestros pensamientos muy lejos…» (…)
Y aquí viene lo bueno porque es algo crucial que se carga todo el guión de la peli:
– Helen: «Lo que me enseñasteis sobre navegación espacial me hizo quedar como un genio».
Ésto es crucial porque lo que le explica Alpha a Helen es que necesitan aprender a pilotar el cohete que han traído para ir a La Tierra. ¿? ¿A qué viene entonces lo de que sepan muchísimo más de navegación espacial que los terráqueos? ¿Por qué no se han construido una nave? ¿Tan vagas son? ¿Qué pasa, que se pegan todo el día ronroneando, limándose las uñas en el borde del sofá y lamiéndose la mano para limpiarse la cara y no tienen tiempo de construir una nave? ¿Pero de qué me vais? La argumentación que da Alpha es la siguiente: «Nuestros antepasados cometieron un error fatal, decidieron conservar el oxígeno. ¿Sabes lo que éso significaba? Máxima reducción energética. Genocidio planeado para reducir la población. Después, cuando descubrimos que sólo posponíamos lo inevitable, ya era demasiado tarde. Nuestra única esperanza era que una nave llegara hasta aquí.» ¡Aguántala! ¡Máxima reducción energética! ¡A los libros de Historia que va!

A partir de aquí, como se puede comprender, nada tiene sentido. Las mujeres gato intentarán persuadir a los miembros de la tripulación para que les enseñen a manejar el cohete camelándoselos con comida y haciéndose las gatitas retozonas. Helen, entre tanto, intentará escapar de la dominación mental a la que le tienen sometida y, en un momento de lucidez protagonizará una aberrante escena de arrebatadora pasión con Walt, Doug (William Phipps) y Lambda (Susan Morrow) tendrán su particular escena de amor con un paisaje con nubes -ah, es verdad, que la atmósfera aparecía cuando pasabas por la cueva- de fondo, a Walt le condenará su codicia y entre medio se producirá el baile ritual de las gatitas en el salón central. Y, en fin, todo acabará como debería: con los héroes salvándose de las perversas garras de las mujeres gato de La Luna.

Como he dicho al comienzo, Las mujeres gato de La Luna es un clásico de la Cutrez con mayúsuclas pero tiene dos puntos a su favor: El guión es tan absurdo y los actores lo hacen tan mal que te partes de risa y además sólo dura una hora, así que es mejor ver ésto que cualquier mierda que echen en la televisión porque, como decía alguien -nunca me acuerdo de quién- «hasta de los malos libros podemos aprender algo». Aplíquese también al mal cine.