El otro día, viendo unas imágenes de anuncios de prensa antiguos, fui a dar con un producto que me dejó con los ojos como platos (de ésos que anuncian en la tele con ribetes dorados para que las setentonas se sientan como si estuviesen cenando con la Reina Madre en Buckingham Palace): El laboratorio de energía atómica U-238 de Gilbert.
¡Chán chán cháaan! (Ráfaga de misterio y horror)
¿Qué será éso?, se preguntará el lector
– ¿Qué será éso, qué? – ¿Ves? un lector se lo ha preguntado e incluso ha añadido otro «qué» al final para enfatizar, así que debe de interesarle mucho.
Bien, pues voy a maltraducir lo que he podido encontrar en dos páginas (Radaronline y Found in Mom’s Basement) sobre el tema:
«En 1951, A.C. Gilbert lanzó su Laboratorio de energía atómica U-238, un kit radiactivo de aprendizaje que asumimos que sólo resultaría divertido para aquellos que formasen parte del club de matemáticas. Gilbert, a quien la memoria popular americana compara con Walt Disney por su genio creativo, tuvo un sueño en el que el poder nuclear pudiese capturar la imaginación de los niños en todas partes. Por el pequeño precio de $49.50 -recordemos que ésto se vendió en 1951, con lo que 50 pavos debía ser una pasta-, el niño podía hacerse con un kit que contenía tres muestras bajas en radiación, un contador Geiger –o Géiser, depende de lo que te vuele la cabeza-, una cámara Wilson (para ver el movimiento de las partículas alfa) un espintaroscopio (para comprobar la desintegración radiactiva en vivo), cuatro muestras de uranio y un electroscopio para medir la radioactividad. Por supuesto, todo laboratorio nuclear para niños debe ser completado con un manual sobre energía atómica y un cómic titulado «¿Cómo divide el átomo Dagwood?«, cuyo guión fue escrito con la ayuda del General Leslie Groves, director del Proyecto Manhattan.
Los niños hacen las cosas más extrañas -la palabra original es Darndest, que creo que no tiene traducción literal-, pero aparentemente no se dedican a la física nuclear. El «juguete» sólo se vendió durante un año. Los efectos radioactivos del uranio pudieron, fácilmente, afectar a multitud de niños porque la mera exposición al isótopo —U-238— ha sido relacionada con el síndrome de la Guerra del Golfo, el cáncer, la leucemia, linfomas y otras enfermedades suficientemente serias -de hecho, en otra página se asegura que provocó unos cuantos muertos- . Pero lo que no se ha llegado a conocer ha sido el impacto real de los efectos a largo plazo en el uso de un maléfico laboratorio de energía atómica por parte de los niños.»
Pero la cosa no queda ahí, ya que rebuscando en esas mismas páginas que comentaba, he encontrado otros productos, éstos para adultos, igualmente terribles:
Crema radiactiva para la cara de Francia
Chocolate radiactivo de Alemania
Pasta de dientes radiactiva alemana
Y ésto es quizá lo peor: Supositorios radiactivos de Colorado (EEUU)… como meterte un misil nuclear por el ano.
Realmente, uno se pregunta si los Gobiernos de la época querían probar los efectos de la radiactividad en las personas y nadie se presentó como voluntario, así que decidieron lanzar su propia línea de productos. Desde luego, lo que está claro es que el hombre es el único ser, animal o cosa que tropieza dos veces en la misma piedra, como pudimos ver en El conquistador de Mongolia.
La Humanidad en peligro (Aka Q.G.S.L.P.C.) 
Pero, ¿entonces te los has comprado?
Sí, solo que la crema radiactiva la he usado de pasta de dientes, el chocolate me lo he untado por la cara, los supositorios me los he comido y la pasta de dientes me la he metido por ya sabes dónde.
Ahora tengo superpoderes: puedo ir a quimioterapia en autobús pagando la mitad que el resto… o igual éso es por la tarjeta del bus… no sé.
El kit del laboratorio se lo he mandado a Kim Jong Il (líder de Corea del Norte, como todos sabrán) para que juegue en sus ratos de ocio. Añado al final de la entrada (porque no me deja ponerla en el comentario) una foto que me ha remitido al correo electrónico habitual (glorificameomuere@yahoo.coreadelnorte.com) para demostrarme que ha estado jugando con él, pero creo que en realidad ha acabado metiéndoselo por el culo también, por vicio, no por mal uso como yo.
PD: Los norcoreanos van a poner precio a mi cabeza por este montaje… ¡Watch your back!… pero es que es un tipo tan «entrañable» que debería de casarse con Bush para formar un club de ajedrez para estúpidos.
Jejeje… Se me ocurre a quién regalar la crema para la cara y el chocolate… para que lo guarde en su taquillón antes de comérselo…ahahaha… AHAHAHAAAH!!! (Nótese el énfasis de risa maléfica).
Perdón a los que no me conocen porque no entenderán una mierda de lo que hablo…
Sí, además se da un aire a Kim Jong Il, en lo físico y en lo dictatorial…
Qué mamón, me he partido la caja XD
Qué horror. Eso me recuerda a las historias sobre el fluor, un subproducto de la fabricación del aluminio y que según algunas fuentes es introducido el los dentífricos para matar dos pájaros de un tiro: librar a alcoa de toneladas de material de desecho y hacer que las generaciones fluorizadas sean más pasivas y menos tendentes a hacer broncas públicas o revoluciones.
Joder, pues a mi me daban pastillas de calcio cuando era pequeño… a ver si va a ser por éso…
Uups! A mi me daban flúor!
Vaya, y yo que pensaba que cuando iba al baño y me salia verde era por alguna hierba rara que habia comido. A saber si me estan poniendo algo raro en la pasta de dientes.. Tengo que probar a apagar la luz antes de tirar de la cisterna, a ver si brilla…
Perdon por el chiste escatologico, pero mis habilidades sociales se estan viendo un poco minadas, al igual que mi español.
Tranquilo, Jorge. A mi me daban calcio de pequeño tambien y soy una persona perfectamente normal, o eso creo. Espera que le pregunto a mi hermano mutante que me sale del estomago… Si, dice que si, que soy normal.
Ahora en serio, es increible que realmente hayan sacado una cosa asi al mercado… La ignorancia es muy atrevida…
No te preocupes, Antoniosan, tú prueba a darle a alguno de los 200 botones que tiene el váter (o el mando del mismo), que seguro que te hace un análisis químico de lo que caiga… y si no, es que tu modelo se ha quedado antiguo. Cámbiate de compañía de váteres, que sé que hay una que sólo cobra 12 yenes cuando te sientas y luego 3 yenes por minuto y encima te regalan el i-toilet si haces un contrato de permanencia de 1 año.
Jojojo, muy bueno, Jorge!!