Mujeres prehistóricas (1967)

Mujeres prehistóricas (Prehistoric women, Slave girls)
Banderas - Gran Bretaña
Año:
1967
Duración: 97 min.
Género: Aventuras y Fantástico
Director: Michael Carreras
Actores: Martine Beswick, Edina Ronay, Michael Latimer, Stephanie Randall, etc.
Más datos en la IMDB

Minisinopsis: El guía de safari David Marchand es raptado por una tribu de nativos en África que debe sacrificarlo por mancillar la tierra del rinoceronte blanco, su dios. En el momento en el que va a ser sacrificado es trasladado mágicamente a otra época en la que una tribu de mujeres morenas somete a los hombres y a las mujeres rubias a la esclavitud.

Si ya has visto la película, puedes seguir leyendo.

A Michael Carreras y su particular visión del cine ya lo hemos -no sé por qué hablo en tercera persona si sólo escribo yo- tratado en otras ocasiones en este blog, pero nunca como director, sino como guionista de películas lamentables como Criaturas olvidadas del mundo (Don Chaffey, 1971). Como director fue tan malo como guionista y sólo llegó a destacar como productor de algunas de las mejores películas de la Hammer.
Ésta, claro, no entra en ese grupo de mejores película de la Hammer, sino en el de ni fú ni fá ni todo lo contrario porque Mujeres prehistóricas es una película con cosas asumibles y otras por las que uno debería sacarse un billete de ésos de Ryanair de 30 euros para ir a londres, llegar hasta el cementerio en el que esté enterrado Carreras, soltar un exabrupto sin igual del tipo «¡idiota!» o «¡te odio mucho!» o alguna cosa similar de ésas que sólo se le puede ocurrir a un cerebro del mal y volver a casa a destruir el duvedé y ya de paso la tienda en la que lo compraste.
Dentro de las cosas por las cuales soltar exabruptos se encuentra la ¿música? de Carlo Martelli, cuya carrera fue tan corta como el abanico de ideas que tenía a la hora de componer. El resultado de ésta es algo completamente delirante que, estoy seguro, copió de varias películas que nada tenían que ver con mujeres cavernícolas, África o la madre que los parió a los dos. Por desgracia, este tipo de contratos a lo loco era tan habitual en la Hammer que diría que fue una de las causas de su defunción.
Los actores siguen la pauta anterior, de tal modo que habría que obviar la carrera de todos salvo la de la reina Kari (Martine Beswick), de quien hay que comentar su intervención en dos películas de Terence Young de la saga James Bond: Desde Rusia con amor (1963) y Thunderball (1965). Su carrera fue bastante larga, pero en mayor parte fue relegada a papeles secundarios.
La otra «gata» de la película, Edina Ronay, Saria, también basó su carrera -supongo que a su pesar- en papeles de secundaria, pero ésta me ha traído a la cabeza -para que veáis lo mal que estoy- la imágen de lo que pasaría si Elmo -el teleñeco- y Susan George -actriz aparecida en Perros de paja (Sam Peckinpah, 1971)- se lo hubiesen montado en su día:

+ =

La línea argumental no está del todo mal aunque se vea interrumpida por multitud de chorradas y cosas inexplicables. La idea es el sempiterno recurso de la Hammer de morenas vs rubias con esclavitud incorporada en la que los hombres blancos -que no se sabe de dónde diablos han salido, aunque se supone que de Inglaterra- han exterminado al rinoceronte blanco y mantienen como esclavas a las mujeres morenas; las morenas se alían con los nativos negros -los demonios- y revierten la situación, convirtiendo a las rubias y a los hombres en sus esclavos, pero se supone que la leyenda dice que alguien vendrá para traer de vuelta al rinoceronte blanco y liberar a los esclavos. ¡Olé! Pero es una película fantástica, hay que aceptarla tal y como es… si fuese histórica ya sería otra cosa.

Como digo, el problema viene por los lados -o el incremento del problema, dependiendo de cómo se vea la cosa-. Para empezar, el exploitation trae consigo enseñar cacho. En esta película no se enseñan pechos y similares, pero, obviamente, las mujeres prehistóricas van ligeras de ropa y bailan como doscientas veces a lo largo de la película. En una de las danzas, por cierto, hay una música que se parece misteriosamente a la de los anuncios de los Lacasitos… yo si fuese el gerente de Chocolates Lacasa tomaría medidas. Y no lo digo porque Lacasa sea una empresa aragonesa y quiera hacer publicidad de la tierra… ¡qué va!…

Ejem… El caso es que tanto baile cansa sobremanera y tanta coreografía acerca más a Broadway que a una tribu de pirados por el rinoceronte blanco. Uno de ellos, en concreto, está acompañado por un canto en el que sólo se dice «a» con múltiples variantes: a, aa, aaa, aaaa, etc. Por supuesto, durante estos bailes se escuchan instrumentos que no se ven por ningún sitio. ¿Alguna de ellas estaría haciendo beatbox? Misterios de la vida.

Las mujeres prehistóricas parecen mujeres pre-histéricas. Deduzco que están a un par de días de que les venga el periodo. Dejamos 10 minutos para que cualquier mujer en su sano juicio invente uno o varios insultos contra mi persona por el chiste machista. Las peleas de gatas son un clásico en este tipo de películas de las que, por supuesto, no se prescinde; el problema viene cuando la pelea de gatas se reduce a que una amenaza y la otra, después de haberse hecho la bravucona, se echa para atrás asustada hasta que la otra acaba con ella como le viene en gana.

Siguiendo con el tema exploitation, la ceremonia de la selección parece un pase de modelos cutre, de ésos de centro comercial en los que las modelos deben desfilar en ropa interior ante los ojos de críos salidos de 15 años y abuelos salidos de 80.
El tema del idioma también tiene su gracia. Tanto que en un momento determinado Saria le pregunta a David si habla su idioma. ¿Cómo quiere que no hable su idioma, si es una producción de la Hammer? ¡Cuánta ignorancia!
Y hay una escena magnífica sobre todas que tiene lugar cuando el abuelo que está encadenado a David y éste intentan fundir unas cadenas de hierro con una minihoguera y un fuelle y oye, que al David no le pasa nada, que las cadenas se ponen al rojo vivo -más bien las pintan de rojo- y ¡oy, qué dolor! y esas cosas, pero poco más, cuando debería salirle un empollón del copón (sin haberlo deseado me ha salido un pareado) en el brazo como poco.

El aspecto visual tiene una cosa buena: los decorados. Tengamos en cuenta que la película está rodada enteramente en un estudio y la verdad es que supone un esfuerzo recrear lo que aparece en la película, con toda la vegetación, cuevas más o menos creíbles, animales de aquí para allá, etc.
Del resto hay varias cosas que destacar:
Por supuesto las mujeres pre-histéricas están depiladas, maquilladas y peinadas, que no se puede ir por la vida de cualquier forma y una mujer con las garras peludas no cabe en el concepto exploitation ni de coña por muy antinatural e incluso surrealista que quede.

Los vestiditos que me llevan son la leche, de cuero bien curtido aunque sólo se vea un telar en la aldea que, que yo sepa, no fabrica cuero. Pero lo mejor son las braguitas color carne que me lleva Kari en un par de escenas, fijo que sale de la jungla en plena noche, sin que nadie la vea, y se mete en Prehistoric Women’s Secret a comprar compulsivamente.

Hay varios «objetos ¿pero cómo?». Los «objetos ¿pero cómo?» son aquellos que, cuando los ves, por el contexto, te hacen preguntarte cómo han llegado ahí. Aunque haya una especie de fragua, no se sabe qué diablos es lo que fabrican en ella… tampoco se sabe cómo diablos han fabricado un fuelle para la misma. En la cueva de Kari hay jarrones y jarras de acero inolvidable, cortinas elaboradas -que podrían haberse hecho con el telar, cosa que dudo porque están bien hechas y más parece que las compraron en la planta de oportunidades de Harrods-, Kari se da un baño de espuma que no se sabe de dónde sale -el jabón para la espuma, me refiero-; en el centro del poblado hay una mesa fabricada con listones perfectamente lisos y las puertas de las cuevas -que tienen visagras- están hechas del mismo modo; y, los hombres están encadenados con sus grilletes y todo. La cuestión es: si saben trabajar el cuero y la tela, la madera y el hierro, ¿qué carajo hacen viviendo en cuevas? ¿por qué sólo fabrican cuatro objetos estúpidos?

Otros aspecto de los «»objetos ¿pero cómo?»» -lo entrecomillo doblemente- se refiere a los vegetales y los animales. Aparece una piña, que es originaria del Amazonas y no se propagó por zonas tropicales de Asia y África hasta el siglo XVI -wikipedia dixit- y también aparece un pavo real, originario de Asia. El tema de los loros también está cogido por los pelos porque la especie que sale tiene más pinta de ser Sudamericana que otra cosa.
Por último, el rinoceronte de escayola que domina la película tiene una aparición estelar al final de la misma cuando es llevado en un carro, que obviamente se evita mostrar en el plano, para simular una terrible embestida.

Mujeres prehistóricas es otro tipo de exploitation cavernícola alejado un poco del patrón al que nos acostumbró la Hammer y por éso se salva un poco -sólo un poco- de la quema. La historia tiene su aquel salvando los tópicos «Hammercianos», el apartado técnico deja que desear y los bailes dan ganas de tener un hijo y ponerle Leroy Johnson para que triunfe en la escuela de Fama y te mantenga.
PD: Aunque ponga «Zorri, dis bideo is no lonjer bailable», sí que va, es cuestión de no pinchar en el Play y pinchar en el video para ir a la página de Youtube, que no sé por qué no sale bien.

Cutrez técnicaEstrella 4
Cutrez guion�sticaEstrella 4
Cutrez visualEstrella 3
InterésEstrella 2
PuntuaciónGlobal - 4.5

8 Respuestas to “Mujeres prehistóricas (1967)”


  1. 1 troncha abril 11, 2008 a las 3:17 pm

    Que majas y que apretaditas que estaban estas mozas, como actrices ya es harina de otro costal.

    Saludos…

  2. 2 SaboraPie abril 12, 2008 a las 5:34 pm

    Hombre, hay que tener en cuento que son chicas Prehistoric. Esta peli yo en su día la vi, y no lo he vuelto a hacer.

  3. 3 Doctor abril 12, 2008 a las 6:31 pm

    Adoro esta peli… la vi no hace mucho de coña y me lo pasé… ¿teta?… es de esas que son tan malas, que de horrendas, son buenas… en especial porque imitaban aquella de la Welch… que realismo, lo que se dice realismo… tampoco había… lo que había era… ¿tetas?… :):):)

    Saludos de un crítico indecente… :)

    Doctor, crítico de blogs

  4. 4 Juan Ivan abril 13, 2008 a las 1:48 am

    Era la Welch o era la Ursula Andress?? Si, akella en la ke se veía como le cercenaban a un tipo el nabo de cuajo… La montaña del Dios canibal,puede ser??? xDD

  5. 5 Jorge abril 13, 2008 a las 9:42 pm

    Troncha, SaporaPie y Doctor: En esta película lo único que enseñan es pierna salvo en una escena en la que Kari sale desnuda, pero de espaldas, así que ni éso… No entiendo muy bien la perversión de ver bailar a cuatro mozas malvestidas de cavernícolas, pero de todo hay :)

    Era La Montaña del Dios caníbal, Juan Iván, con Ursula Andress, de Sergio Martino (1978), precursora -en cierto modo- de Holocausto caníbal, todo un clásico gore de Ruggero Deodato (1980) que debería de comentar por toda la historia paralela y trasera que tiene. Cuando a los italianos les daba por un tema, está claro que no lo soltaban.

    Saludos!

  6. 6 Jairo marzo 26, 2009 a las 12:36 am

    Y bueno que podemos decir, como dicen ustedes los Españoles siendo un «chaval» al que le encantaba lo prehistorico me volvi loco cuando la vi y de ahi la primera jura a la Bandera, jajajajajaja, pero bueno el cine de los 60 y 70 y mas las pelis de bajo presupuesto las considero graciosas, son tan malas que te paran gustando, de ese tiempo tambien recuerdo una serie llamada principe dinosaurio, era japonesa creo? bueno no se el tema pasa porque tambien era mala pero igual me entretenia y recuerdo haber pasado frente al televisor varias veces esperandola.

  7. 7 Zarkov marzo 31, 2010 a las 8:00 am

    Yo vi la pelicula hace mas de 20 años y creanme, es muy divertida si toman en consideracion que es la fantasia erotica de un adolescente trasnochado, solo asi se explica el exotico orden social el cual permite que todas las muejres lleven trajes de baño de cuero. Reconozco que durante año soñe en estar en el papel del protagonista, pero mas avispado para aprovechar las oportunidades que se le presentaban y como bobo las dcjaba pasar.

  8. 8 alexis abril 11, 2010 a las 2:51 am

    Puesss… Aunque ultimamente no me prodigo tanto por aquí, tengo que decir que aún hay algunas reseñas en la lista que no me he leido.
    Esta misma era una. Y también corresponde a una peli que jamás he visto.
    ¡Ojalá me pillara en mis años chavales, cuando me gustaban los tebeos de «Purk, el hombre de piedra»! Ahí me habria llamado más la atención esta cosa. Pero luego uno crece, madura, se hace adulto… Y ya acaba rechazando abiertamente las pelis de cavernícolas en las que ¡ni siquiera salen dinosaurios!¡Qué poca gracia, oye!
    Pa ver na más que mozas ya está internet o cualquier otro género de películas o revistas. Y de mujeres, o de hombres, «prehistóricos/as» uno ya conoce bastantes en la vida real.
    Eso sí: La reseña, como siempre, divertidísima. ¡Gracias una vez más, Don Jorge!
    Almenos me ha valido para sacudirme un poco la saturación del ambiente de esta noche, que venia así como muy condicionado por un partido importante de eso que los terrícolas llamáis «fútbol». Y que yo, por mi parte, así como que «¡Uf!»…


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